El Centro de Castilla y León fue la primera de las casas españolas locales que visité el pasado fin de semana en Mar del Plata. El esfuerzo por generar lazos federales con las instituciones de la colectividad, en el marco de las acciones de la FEDESPA, y la necesidad de un descanso me llevaron esta vez a la Ciudad Feliz, esa misma que muchas primeras generaciones de argentinos, hijos de inmigrantes españoles, eligieron como lugar de recreo familiar.
La historia de la institución se remonta a la pre existencia del Centro Región Leonesa, fundado en el año 1950, a partir del cual desde el 3 de julio de 1993 quedó formalmente constituido el Centro de Castilla y León de Mar del Plata, agrupando así a las nativos y descendientes de las diferentes provincias de la comunidad autónoma.
Mientras iba en coche con Celeste, coordinadora del grupo de jóvenes de la casa, pensaba en la dificultad de generar proyectos institucionales en un contexto como el actual, donde la incertidumbre y el temor nos invaden a diario, pero al llegar y comenzar la charla con otros cuantos jóvenes y miembros directivos me di cuenta que, además del folclore, la gastronomía y la historia, la inmigración nos legó el ejemplo de la perseverancia, el valor de la creatividad y la cualidad de la templanza.
Luego de una recorrida por las instalaciones, que dan cuenta de una naturaleza ensamblada entre pasado y presente, donde el futuro es una búsqueda permanente, iniciamos una de esas conversaciones que tan necesarias son para como quién dice “parar la bocha” o “barajar y dar de nuevo”; el trajín cotidiano muchas veces no nos ofrece la licencia de la reflexión, y si algo nos ha permitido este contexto pandémico es darnos ese tiempo, vital y móvil, para repensarnos, para explorar nuevas motivaciones y para estrenar estrategias en la gestión de nuestros centros.
Además de agradecerles el rico café servido, debo darles las gracias por compartir inquietudes comunes, aquellas que son capaces de incomodarnos y cuestionarnos; allí seguramente encontraremos respuestas a muchas preguntas. Que viva Castilla y León Mar del Plata, que viva su gente, la que le dio vida, la que lo habita y la que vendrá. Preservar el origen y respetar las identidades será el desafío más grande. ¡Ustedes PUEDEN hacerlo!
Juan Manuel Gomila
Febrero 2021
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