Compartimos el testimonio de Marcelo Rojo a continuación!

Mi abuelo vino a la Argentina a principios del siglo pasado en barco junto a otro español tambien castellano y burgales de poza de la Sal y llego al puerto de Buenos Aires y desde ahi a la localidad bonaerense de San Andres de Giles donde puso una carniceria , luego al poco tiempo se traslado al pueblo de Solis en el mismo partido, donde compro unas hectareas de campo dedicandose a la agricultura ganaderia y tambien hacia vino de consumo para la familia

Meliton del Rio vino de Poza de la Sal pero mi abuelo vino de Oña.
Formo una familia del cual tuvo siete hijos Maria, Ana, Pedro, Juan, Leonor, Leonardo y Ruben.  La unica que vive es Leonor que en julio proximo cumplira 93 años. Tambien mi abuelo habia comprado una casa en la vecina localidad de San Antonio de Areco. Nunca pudo regresar a España donde quedo su hermana con sus hijos tambien. Actualmente tenemos parientes en España.Con el paso de los años el campo se vendio luego de fallecido mi abuelo para repartir entre lios hermanos. Mi abuelo era muy querido en la zona por ser trabajador, honesto y honrado y orgulloso de su sangre Castellana. Y haber dejado un legado de grandeza.

 

Saluda a uds cordialmente

Marcelo Rojo

 

 

Poza de la Sal es una villa y un municipio español​ en el partido judicial de Briviesca, comarca de Bureba, provincia de Burgos, comunidad autónoma de Castilla y León. Junto a los municipios de Oña y Frías conforma la mancomunidad Raíces de Castilla.

Situado a 43 km al norte de Burgos capital, con 88 km² de término municipal y 338 habitantes. El Río Homino​ surca sus tierras a unos dos kilómetros de distancia.

Los naturales de esta localidad son devotos de Nuestra Señora de Pedrajas que se venera en la ermita del mismo nombre situada a 2,5 km de la villa. En agosto, por Nuestra Señora, el rezo del santo rosario mientras se procesiona su imagen por las estrechas calles de Poza constituye uno de los momentos más entrañables en la vida de los pozanos.

La localidad se encuentra enriscada en la ladera de una sierra, fortificada y protegida por el castillo de los Rojas y con vistas sobre las llanuras de la comarca de La Bureba.

 

El casco antiguo

El casco antiguo de la villa de Poza de la Sal está rodeado por la muralla medieval que se conserva en su mayor parte, murallas de 5 metros de altura y dos de grueso. Al mismo se accede por tres puertas la del Conjuradero, la del Ayuntamiento y la de las Eras.

La trama urbana conserva la distribución y características de medievales con calles estrechas y empinadas flanqueadas por casas de piedra blasonadas y otras de entramado de madera. Asentadas en mampuesto con pisos realizados en entramados de madera y yeso. Sobre el núcleo urbano se levanta el palacio de los Marqueses de Poza, del que solo queda una torre y, ya en el monte, el castillo.

La iglesia de San Cosme y San Damián es el corazón del casco. Debajo de ella se abre la Plaza Vieja donde tradicionalmente se ha realizado el mercado. A su lado el ayuntamiento, frente al cual se ubica la Plaza Nueva abierta al Páramo de Masa, lo que da a la villa el sobrenombre de «Balcón de La Bureba».

En la parte baja, camino a la zona de las eras de sal, está la casa de Administración de las Reales Salinas y, junto al río, el complejo llamado «Fuente Buena» o «Vieja» conformado por una serie de manantiales de agua dulce que mantienen lavaderos, abrevaderos y un centro de curtido de pieles, todo ello del siglo XVIII aunque con vestigios romanos.

El casco urbano de Poza de la Sal fue declarado de Conjunto Histórico-Artístico el 12 de noviembre de 1982.